Vecinita con algo más

Todo comenzó con un joven que se llamaba Adriano que recién se mudó al barrio, que resultó ser una nena muy bien camuflada.
Era una tarde-noche en la ciudad, yo venía de jugar fútbol con los amigos cuando encontré a Adriano en el andén, a lo cual dispuse saludarle y hechar una corta plática, que luego terminaría en una proporción, que constaba en mover unos muebles y cosas así que no puede uno solo, más con ese exquisito cuerpito delgado, de pequeña estatura, piel blanca, piernas levemente tonificadas y brazos de jovencita que no levantaba ni una piedra jejeje, pues le dije que claro que aceptaba sin saber en el asunto que me vería envuelto.
Llegamos a su casa y me dice oye comencemos a mover unos cuadros, espejos y cosas así luego seguiremos con lo más pesado, al cabo de que terminamos eso me dice oye estoy un poco cansado ya que andaba en jeans y camisa formal, a lo cual le sugerí, ve y ponte algo cómodo y seguimos. Más no sabía que lo había interpretado a su manera.
Me llamo que fuera a su cuarto a ver si le ayudaba a bajar unas cestas donde tenía su ropa, para mi gratificante sorpresa fue que lo encontré tumbadita culo arriba, con una tanga fucsia, una peluca de color castaño, lipstick rosa y unas mallas rosas con detalles de flores, me dijo oye fortachon, a ver si me das unos empujoncito por aquí con esos brazos, mientas abría su culo rosita ante mi, estaba en shock, hace unos 2 años era mi última vez con una sissy, pero sabía que era mi oportunidad de volver a las andadas,
Le dije, vaya que cosas. El Adriano nos salió Adriana mientras me reía burlescamente, a lo que dijo, si quieres bien si no te lo pierdes, fue en el momento que algo en mi fue como un toque eléctrico que bajo hasta la punta de mi pija y dije, es momento de destrozar ese culito, y así fue me lancé literalmente sobre su culo, perforandolo de una manera tal que tuve que meter mis dedos en su boca para que no gritase tanto, me pedía mas, mi pene palpitaba a todo dar, sentí como sus lágrimas llegaban a mis manos, era una cogida como Dios manda, luego le dije oye zorrita con esos labios que sabes hacer.